Recientemente, se ha vuelto común ver cómo inmigrantes provenientes de Haití, Colombia, Bolivia, Venezuela y otros han hecho un proceso de migración masiva en Chile, siendo común verlos haciendo sociedad en diversos puntos de Santiago. Esto ha obligado a que los chilenos cambien su manera de ver a los extranjeros, dejando de verlos como gente extraña para ahora considerarlos como parte de ellos, muchas veces teniendo que interactuar con ellos en su día a día. Sin embargo, el diario inglés The Guardian ha publicado un reportaje poco alentador, en el que dan evidencia de las políticas migratorias de Chile y la recepción de inmigrantes caribeños.
“Discriminación, abuso laboral y leyes de inmigración atrasadas han hecho difícil la adaptación para los más de 50 mil haitianos y 15 mil dominicanos que son parte de una historia migratoria que ha posicionado velozmente en la agenda política antes de la elección presidencial de fin de año”, se observa en la nota elaborada por el medio de comunicación inglés. El reportaje relata la historia de una mujer de República Dominicana llamada Digna Batista, quién realizó un pago de 2500 dólares a una persona para permitir su ingreso por la cordillera y el desierto de Atacama, luego de una larga trayectoria por bus y avión. “Caminamos toda la noche. Finalmente, en la mañana, llegamos a una ruta, paramos un taxi y le preguntamos al conductor que nos llevara al hostal más cercano. Él nos dijo que pasamos por un campo minado”, relata la mujer. Su caso no es aislado, ya que son muchos los que se exponen a enormes riesgos al momento de entrar al país por vías irregulares.
El medio británico reflexiona en las actuales leyes migratorias del país, las cuales estarían forzando a que muchos opten por un ingreso peligroso al país, llevándolos a asumir riesgos que incluso pueden llevarlos a la muerte, por las condiciones extremas a las que se ven expuestos. Junto a ello, The Guardian también habla sobre la molestia que los chilenos estarían teniendo ante la llegada masiva de inmigrantes, generándose un sentimiento de discriminación en su contra, lo cual resulta irónico tomando en cuenta el origen que la mayoría de los chilenos tendría. “En 2014, un estudio genético encontró que uno de cada dos chilenos tenía ancestros entre los miles de esclavos africanos que arribaron al país entre los siglos XVI y XIX. Pero la elite chilena ha preferido enfatizar las raíces europeas del país y los recién llegados ahora son sujeto de un creciente debate”, añade el reportaje.
El caso de los haitianos resulta especialmente particular, considerando la gran cantidad que llega cada día al país. En el artículo, se habla sobre la baja calidad laboral que se les estaría entregando, participando en labores como la construcción, el servicio doméstico y la agricultura, servicios que los chilenos ya no estarían dispuestos a asumir. Según relata Jean Claude Pierre-Paul, trabajador social haitiano, las actuales leyes chilenas migratorias que datan de la época de la dictadura de Augusto Pinochet «intrínsecamente consideran a todos los migrantes como subversivos potenciales». Esto amerita cambios urgentes.
En la nota figuran las palabras de Rodrigo Sandoval, jefe de Departamento de Extranjería y Migración del Ministerio del Interior, quien opina que Chile necesita de manera urgente una nueva ley de inmigración para atraer a más extranjeros, dado el envejecimiento de la población local. The Guardian asegura que estas propuestas “han sido criticadas por la derecha en los medios sociales, donde los xenófobos lo describen como un traidor que está permitiendo que Chile sea ‘invadido’”.
Considerando el reportaje de The Guardian, se ha vuelto sumamente urgente actualizar las políticas migratorias en Chile. Lamentablemente, el tema no se encuentra en la agenda del gobierno actual, y tampoco se observa que un futuro gobierno lo tenga como prioridad.
