Coca en Colombia
Nacional

Colombia aumenta producción de cocaína a una cifra sin precedentes

Colombia ha logrado batir un lamentable nuevo récord. Según el sistema de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (SIMCI), que depende de la ONU, el año 2016 el mercado del narcotráfico generó la escalofriante cifra de 940 toneladas de cocaína, consiguiendo batir su propio récord de 2015, cuando habían logrado 646 toneladas. Esto, gracias a que los sembradíos de coca lograron un crecimiento de 52 %, llegando a las 146.000 hectáreas, aunque hay quienes indican que habría casi 200.000 hectáreas cultivadas.

¿Qué factores pueden explicar el crecimiento en la producción de la droga? Son muchas las explicaciones, pero las que se explican a continuación parecen ser más certeras. Según analistas, el aumento se habría producido debido a las negociaciones que han tenido las FARC con el gobierno, consiguiendo que baje el nivel de control que ha tenido sobre los sembradíos cocaleros. Otra de las razones que entregan es el aumento en la producción de las matas en los últimos años. Gracias a que los cocaleros han dejado que las matas crezcan más de lo normal (sabiendo que el gobierno no las busca con tanta rigurosidad como antes, debido a las negociaciones con las FARC), han conseguido que estas alcancen los 3 metros, logrando una producción mucho más rápida y abundante que antes, cuando solo la dejaban crecer 1 metro para no ser sorprendidos. Otro punto a considerar es la reducción en la remuneración que se estaría dando a los agricultores de coca: si antes les pagaban 676 euros por kilo, ahora como máximo les dan 382 euros por la misma cantidad, obligando a que se aumente la producción para seguir percibiendo la misma ganancia de siempre.  Como se puede ver, la tarea de reducir la producción de coca es compleja y requiere de grandes esfuerzos. Al respecto, el ministro de postconflicto Rafael Pardo dijo: «mientras haya coca, no habrá paz en Colombia porque algún grupo ilegal armado aparecerá para comprarla». El problema radica en las poblaciones rurales, que son reacias al gobierno y siempre se han mostrado ajenas a cooperar con él.

A este respecto, el presidente Juan Manuel Santos ya ha desplegado algunas estrategias, como por ejemplo el pago mensual de 294 euros por familia a aquellos agricultores que voluntariamente reemplacen la coca por otro cultivo, además de un aporte único de 5588 euros. Si bien el gobierno espera vincular a 50.000 labriegos este año, la tarea no es sencilla, principalmente debido a que los lugares en los cuales se encuentran los agricultores de coca son de difícil acceso, y están cerca de grupos armados. Además, no hay mucha confianza en que el gobierno haga fiel cumplimiento de sus compromisos. Por último, muchos creen que los dineros otorgados por el estado podrían perfectamente caer en manos equivocadas, y dar paso a corrupción o desviaciones debido a que según se estima, este tipo de políticas estarían mal proyectadas y carecen de la rigurosidad que se espera para su fiel cumplimiento. A pesar de todo, el gobierno espera que las FARC cumplan un rol importante en el despliegue de las iniciativas que pongan en marcha las políticas de reducción en la producción de coca. La meta es volver a los niveles que había en 2010, fecha en que el total de producción cocalera no superaba las 350 toneladas, según SIMCI. Esto exigirá un enorme esfuerzo del gobierno, apoyado por recursos estatales, intervención policial y fuerzas militares.

Mientras el gobierno no genere políticas gubernamentales fuertes y que consiga desplegar con real éxito, no sería extraño que el SIMCI entregue nuevos récords para los años venideros.

Jaime Oportus
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