Hábitos nutricionales escolares
Nacional

Educación nutricional en el hogar: así será la alimentación escolar en 2021

Las familias deben comprender la importancia del apoyo que se les entregará, declaró la Contraloría, con apoyo de profesores las Facultades de Ciencias Económicas, Nutrición y Medicina de la Universidad de Colombia (UNAL).

 

El 25 de enero de 2021 comienzan las clases escolares en colegios públicos, un año escolar que comienza con la implementación de varias estrategias que apuntan a proteger y mejorar la experiencia estudiantil de los alumnos. Las estrategias que se fortalecerán dicen relación con la higiene, desinfección, limpieza, manejo de residuos, diversas medidas de desplazamiento de estudiantes y, con ello, se dará inicio además a la nueva implementación del Programa de Alimentación Escolar (PAE, que consistirá en la entrega de bonos canjeables por alimentos, todo a través de almacenes de cadena, para estudiantes de zonas urbanas. Y además, se hará entrega de canastas de alimentos para estudiantes de zonas rurales.

El desafío de la educación nutricional para 2021

Dichos recursos deben continuar vigentes al menos hasta que acabe el peligro de la pandemia –lo que no tiene un final previsible todavía-, según indicó Jhon Jairo Bejarano, profesor del departamento de Nutrición Humana de la UNAL, ya que se debe fortalecer el conocimiento de cuáles son los grupos alimenticios, nutrientes esenciales de la canasta familiar y los buenos hábitos alimenticios por parte de las mismas familias, a lo largo de todo el año. Otro desafío no menor será fortalecer las prácticas higiénico-sanitarias, agregó.

El contexto actual nos hizo retomar la importancia de la protección de la higiene, por ejemplo, en algo tan fundamental como el lavado de manos. Estudios del Instituto Nacional de Salud (INS), indicaron que un número no menor de los contagios de enfermedad relativos a la alimentación, ocurrieron en hogares. La muestra arrojó que en un total de 3.079 contagios reportados, 139 resultaron ser en hogares, versus otros 34 que se presentaron en restaurantes, los que cuentan con normas sanitarias más estrictas.

En América Latina y el Caribe, unos 85 millones de niñas, niños y adolescentes reciben alimento de estos programas, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Para al menos 10 millones de personas, esta ayuda constituye el suministro principal de alimento con el que cuentan al día. El cambio del cierre de establecimientos debido a la pandemia, habría afectado duramente a la implementación de esta política social, la “que permite ejercer el derecho a la alimentación adecuada, de la cual se benefician las familias mas vulnerables”. Es por esto que Bejarano refuerza la relevancia de los PAE y su misión fundamental en la protección social, debido a su “amplia cobertura, su orientación universal y los impactos directos que tiene sobre el bienestar infantil”.

alimentación escolar

En Colombia el programa enfrentará cambios importantes

En las zonas de Cundinamarca, Chocó, San Andrés, Amazonas, La Guajira, Vichada, Quindío, Bolívar, Norte de Santander y Bogotá, entre otras, se vieron los problemas más graves, según información arrojada por el “Diagnóstico perceptivo sobre el PAE”, iniciativa que se valió de encuestas a rectores de colegios, alumnos, sus padres y además datos fiscales, y fue llevada a cabo por el trabajo conjunto de profesores de la UNAL y la Red Universitaria Anticorrupción (UVA), entidades que fueron convocadas por la Contraloría Delegada para la Participación Ciudadana.

Algunas de las problemáticas detectadas en dicho diagnóstico, dicen relación con: infraestructura de comedores deficientes, malas prácticas en contrataciones en el sistema, menús elaborados sin tomar en cuenta diferencias socioculturales ni médicas de los beneficiarios, fallas en el seguimiento y el mismo conocimiento del programa, operadores que no cumplían bien con las instrucciones e inconformidad con las cantidades de alimento, etc.

Según el profesor Bejarano, el diagnóstico realizado resultará ser clave los cambios necesarios, como el empoderamiento de quienes se han visto afectados y la coordinación con el Ministerio de Educación para generar compromisos específicos y mejorar el programa en adelante.

Jaime Oportus
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